EL PENSAMIENTO EN LA
INFANCIA
A partir del texto “El
Pensamiento poético en la infancia”, escrito por Irune Labajo González he
podido reflexionar sobre como enfocan y como poder enfocar el tema de la
creación literaria, ya sea prosa o verso.
A día de hoy, la poesía
sigue siendo un género que no tiene mucha “fama”, es decir, que hay muy pocos
lectores en este género. He llegado a la conclusión que es culpa de la sociedad
pero no de la de hoy en día, sino de hace bastantes décadas. Si una figura
materna o paterna no enseña ni fomenta a sus hijos la poesía, estos cuando
crezcan tampoco lo harán a sus hijos. Por lo que los docentes que se encuentran
en las aulas fueron niños y probablemente sus padres tampoco les inculcaron el
género de la poesía, llegando a la escuela que estos tampoco lo inculcarán a
sus alumnos.
Una de las cosas que más
me llama la atención y que no llego a comprender, es como si muchos de los
especialistas (docentes, pedagogos, especialistas en la didáctica de la lengua
y la literatura…) ven la importancia de educarles en el lenguaje poético, no lo
hacen de la forma correcta. Con esto me refiero a que se empeñan a utilizar
manuales, a que usen reglas y normas que han de aprender y luego el docente
valorar.
Creo que se ha enfocado
mal desde un principio el cómo enseñar estas estrategias. Cuando un niño
utiliza una de las características de la lírica de forma inconsciente, allá va
el adulto para corregirle, en el momento en el que un niño utiliza una metáfora
o una comparación que ha salido de su imaginación, pero que para el adulto ve
que no es funcional, le corrige y le da la frase que él quería oír. Lo curioso
es que luego en el aula les exigimos, les pedimos que nos hagan una metáfora,
que utilicen la metonimia para hacer un poema para el día de la madre.
Este pensamiento es
hipócrita, pues no podemos “exigirles” dentro del aula esas competencias y en
el día a día cohibirles de esas expresiones.
No podemos pedirles un
razonamiento de adulto a un niño que tienen edad para estar en Educación
Infantil, pues el niño, como ya sabemos se basa en sus experiencias, en lo que
ven y hablan según sus razonamientos lógicos que hacen, como es el caso del
tren y las escaleras.
El niño saca sus propias
conclusiones de los aprendizajes y las experiencias que ha vivido. Además el
niño, como dice el texto, posee esa capacidad de interpretación donde surgen
producciones lingüísticas extraordinarias por su originalidad y por su lógica.
Muchas de las preguntas
que nos encontramos en el texto, son preguntas que me he cuestionado, como el
porqué no dejan que el niño se exprese como él sabe y llegue a las conclusiones
que son propias de su edad. Creo que la prisa que tienen los adultos por llegar
a todos los sitios, por acabar o aprender en el momento, se transmite a los
niños. Queremos que estos crezcan, que aprendan a leer antes de tiempo, a
escribir o incluso a sumar y restar. Pretendemos que los niños no sigan en esa
edad en la que los adultos no tienen tiempo para parar y dedicar parte de su
tiempo para saber qué nos quieren decir, preferimos corregirles y que ellos
aprendan mientras ellos pueden seguir haciendo sus cosas de adultos.
Un comentario extraordinario. Te lo anoto.
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