domingo, 12 de mayo de 2013



EL PENSAMIENTO EN LA INFANCIA

A partir del texto “El Pensamiento poético en la infancia”, escrito por Irune Labajo González he podido reflexionar sobre como enfocan y como poder enfocar el tema de la creación literaria, ya sea prosa o verso.

A día de hoy, la poesía sigue siendo un género que no tiene mucha “fama”, es decir, que hay muy pocos lectores en este género. He llegado a la conclusión que es culpa de la sociedad pero no de la de hoy en día, sino de hace bastantes décadas. Si una figura materna o paterna no enseña ni fomenta a sus hijos la poesía, estos cuando crezcan tampoco lo harán a sus hijos. Por lo que los docentes que se encuentran en las aulas fueron niños y probablemente sus padres tampoco les inculcaron el género de la poesía, llegando a la escuela que estos tampoco lo inculcarán a sus alumnos.

Una de las cosas que más me llama la atención y que no llego a comprender, es como si muchos de los especialistas (docentes, pedagogos, especialistas en la didáctica de la lengua y la literatura…) ven la importancia de educarles en el lenguaje poético, no lo hacen de la forma correcta. Con esto me refiero a que se empeñan a utilizar manuales, a que usen reglas y normas que han de aprender y luego el docente valorar.
Creo que se ha enfocado mal desde un principio el cómo enseñar estas estrategias. Cuando un niño utiliza una de las características de la lírica de forma inconsciente, allá va el adulto para corregirle, en el momento en el que un niño utiliza una metáfora o una comparación que ha salido de su imaginación, pero que para el adulto ve que no es funcional, le corrige y le da la frase que él quería oír. Lo curioso es que luego en el aula les exigimos, les pedimos que nos hagan una metáfora, que utilicen la metonimia para hacer un poema para el día de la madre.
Este pensamiento es hipócrita, pues no podemos “exigirles” dentro del aula esas competencias y en el día a día cohibirles de esas expresiones.

No podemos pedirles un razonamiento de adulto a un niño que tienen edad para estar en Educación Infantil, pues el niño, como ya sabemos se basa en sus experiencias, en lo que ven y hablan según sus razonamientos lógicos que hacen, como es el caso del tren y las escaleras.
El niño saca sus propias conclusiones de los aprendizajes y las experiencias que ha vivido. Además el niño, como dice el texto, posee esa capacidad de interpretación donde surgen producciones lingüísticas extraordinarias por su originalidad y por su lógica.

Muchas de las preguntas que nos encontramos en el texto, son preguntas que me he cuestionado, como el porqué no dejan que el niño se exprese como él sabe y llegue a las conclusiones que son propias de su edad. Creo que la prisa que tienen los adultos por llegar a todos los sitios, por acabar o aprender en el momento, se transmite a los niños. Queremos que estos crezcan, que aprendan a leer antes de tiempo, a escribir o incluso a sumar y restar. Pretendemos que los niños no sigan en esa edad en la que los adultos no tienen tiempo para parar y dedicar parte de su tiempo para saber qué nos quieren decir, preferimos corregirles y que ellos aprendan mientras ellos pueden seguir haciendo sus cosas de adultos.

Tenemos que dejar que la imaginación de los niños vuele, siga adelante y sobretodo fomentarla, pero para ello los adultos debemos de dejar de tener esa prisa incondicional, parar y ver la poesía que los niños dicen, las comparaciones que son capaces de hacer y sobre todo las conclusiones a las que llegan. Con todo eso, dejamos que la imaginación se desarrolle llegando ha conseguir que ellos mismos sean capaces de crear literatura, ya sea en verso o en prosa.

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