jueves, 18 de abril de 2013


TODA CLASE DE PIELES

Era se que se era, hace mucho tiempo en un reino muy lejano vivían unos reyes que acababan de tener una hija muy muy bella. Pero poco después, la reina se murió, pero antes esta misma hizo prometer a su esposo que su dulce y bella hija se casaría cuando esta tuviera 18 años.
Muchos años mas tarde, la princesa cumplió 18 años y ya tenía edad para poder casarse. Por su mayoría de edad, el padre la regalo una cadena que había llevado su madre donde había tres adornos. Un corazón de oro, un barco de vela de ore y el anillo de compromiso, con estos tres adornos se formaba una frase “Sé siempre feliz”

La búsqueda de pretendientes comenzó, pero todos los pretendientes que el rey le buscaba, eran egoístas y lo único que querían era el poder. La princesa no quería a esos príncipes y no había hablado nunca con ellos.
La princesa no entendía porque no podía elegir a su príncipe y este le eligiera a ella. Por eso, una noche, la princesa se escapó del castillo para encontrar a su príncipe. Cogió los tres vestidos más bonitos que tenía en su armario, uno dorado como el sol, otro plata como la luna y el tercero brillante como las estrellas, y un abrigo que le había regalado su padre. Este abrigo estaba hecho con toda clase de pieles.

La princesa comenzó su camino, pero debía de hacerlo con cuidado, nadie sabía que se había escapado, por ello viajaba de noche y dormía de día. Un día cuando cayó la noche, la princesa se despertó y cuando iba a prepararse para continuar su viaje oyó “¡PURUUU!” eran los cuernos de caza, estos anunciaban que los cazadores debían de volver al palacio. La princesa se tranquilizó, sabía que podía viajar sin preocuparse. Cuando se puso su abrigo de toda clase de pieles y comenzó su viaje, de repente, oyó otro ruido, este anunciaba que habían encontrado algo. 

Cuando salió de su escondite había muchos guardas, estos la preguntaron que quién era. La princesa no quería dar su nombre, pues pensó que si sabían quién era la podían llevar de vuelta a su castillo.
Cuando la princesa entró en el castillo, la dieron de comer, beber y se baño, pero cada vez que la preguntaban su nombre ella respondía los mismo: “ me llamo toda clase de pieles”. Como nadie sabía quién era en realidad ni de donde venía, la dieron trabajo en las cocinas a cambio de darla alojamiento. El príncipe era muy amigo del cocinero y visitaba mucho la cocina. La princesa o toda clase de pieles, como la conocían en esa corte, se fue enamorando poco a poco de este.

Un día, en la corte, todo el mundo estaba muy alborotado, había un baile para buscar una mujer con la que casar al príncipe. Esta fiesta era muy importante para  el reino, por eso duraba tres días.
Toda clase de pieles, quería ir al baile y conseguir que el futuro rey se enamorase de ella. El único problema que había era que la princesa tenía que estar en las cocinas cuando acabara fiesta para fregar y hacer el vaso de leche caliente que el príncipe se tomaba por las noches.
La primera noche, la princesa se lavo y puso su vestido dorado como el sol. Cuando llegó al baile, todos se sorprendieron, era la chica mas bella de todo el baile, pero nadie sabía quien era. El príncipe le escogió para bailar con ella y estuvieron todo el baile juntos. Pero cuando se estaba acabando el baile la princesa tuvo que volver a las cocinas, pero antes tenía que cambiarse. Cuando bajó a las cocinas el cocinero ya tenía el vaso de leche caliente preparado, la princesa tuvo que llevárselo a su habitación y antes de entregárselo, le metió uno de los adornos de su colgante, la medalla de la virgen.
Mientras el rey se estaba tomando el vaso de leche caliente y estaba llegando al fondo del vaso se encontró con la una medalla de la virgen. El príncipe extrañado, se guardó la medalla.
Al día siguiente, todo marcho como siempre en el castillo, pero cuando llegó la noche y el baile iba a comenzar, toda clase de pieles se volvió a vestir, pero esta vez con el vestido tan plateado como la luna. Cuando el príncipe la vio aparecer quiso bailar con ella otra noche más. Pero como en el día anterior, toda clase de pieles tuvo que marcharse. Cuando llegó a las cocinas después de haberse cambiado, el cocinero le dijo que tenía que llevar el vaso de leche caliente. Cuando la princesa se lo llevó, esta vez le echo la rueca. El príncipe, ya sospechaba de alguna chica del baile, pero aún no sabía quien podía ser. Por eso trazó un plan.
En el tercer día de la fiesta, todos estaban muy emocionados y cuando llegó la noche, el príncipe estaba esperando a la misma chica con la que había estado hablando y bailando en los dos días anteriores.
Cuando apareció toda clase de pieles, que llevaba puesto su vestido tan brillante como las estrellas, todos los asistentes de la corte se le quedaron mirando. El príncipe, como todos los dos días anteriores, fue a buscarla para bailar y hablar con ella. Toda clase de pieles y el príncipe estuvieron hablando y bailando mucho tiempo y cuando se quiso dar cuenta toda clase de pieles era tarde. Se fue corriendo, se cambió y se puso el abrigo de toda clase de pieles como era de costumbre. Cuando llegó a la cocina cogió el vaso y se lo subió a la habitación del príncipe. A la princesa no le dio tiempo de meter el tercer adorno en el vaso de leche. Cuando  subió a la habitación del príncipe, este le dijo que entrase a su habitación que no iba a tardar mucho en beberse el vaso de leche.

Mientras se lo tomaba, el príncipe le contó que se había encontrado unos adornos muy bonitos y caros. Este estaba preocupado porque quería devolvérselo a la dueña y que los dos adornos tenían una inscripción, pero que no estaba completa, solo ponía “Se siempre”. Toda clase de pieles, se empezó a poner roja. El príncipe cuando le dio el vaso de leche, ya vacío, lo dejo caer, rompiéndose así en mil pedazos. Toda clase de pieles se agachó para ayudarle, y cuando se incorporó su colgante se destapó y el príncipe se lo vio.
Toda clase de pieles estaba cada vez mas y mas roja, y el príncipe, tomo la medalla, leyó la palabra que ponía y empezó a encajar todo. Cuando miró a la toda clase de pieles a los ojos, supo que era la chica con la que había estado bailando los tres días. La princesa le contó su historia y cuando esta acabó se dieron un beso.
Al día siguiente, toda clase de pieles y el príncipe fueron al palacio de la princesa para casarse.

Y colorín colorado este cuento, se ha escapado de la boca de una marioneta.


Esta adaptación está pensada para niños y niñas de 4 a 8 años. El elemento principal que he quitado ha sido el incesto, ya que no es un tema adecuado para los niños. Como es de esperar de un cuento folclórico (ya que estos están destinados a los adultos) tiene unos temas que no son apropiados para los niños, pero que es función y deber del transmisor quitar, cambiar o modificar esas partes. En este caso he cambiado el tema del incesto por el tema de la libertad en cuanto a la toma de decisiones y la valía de uno mismo.

Creo que es una buena adaptación porque he mantenido los roles con respecto al cuento original, los roles son los mismos, donde encontramos a un rey que es el padre que le quiere, un príncipe que se fija en ella y hace por saber quién es la "admiradora" y una princesa que sale de su hogar y es valiente y fuerte. Además y una de los factores más importantes, he mantenido el camino por el que tiene que pasar la princesa e ir madurando.

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